LAS REFORMAS BORBÓNICAS Y SUS REPERCUSIONES HISTÓRICAS
Durante el siglo XVII por la debilidad de los reyes, la lejanía de España, la ausencia de un ejército, y la costumbre de los gobernantes locales de "representar" al rey y no cumplir su mandato, varios grupos políticos se compartían el poder. Los habitantes de la Nueva España y el resto de América, sostenían que las colonias, más que ser esto, eran como los otros reinos de España, con cierto grado de autonomía.
Basado en estas ideas políticas, Carlos III (1759-1788) emprendió cambios en la manera de gobernar las posesiones americanas. Tradicional- mente se ha denominado este periodo como el de las reformas borbónicas. Sin embargo, para la sociedad virreinal, en vez de reformas positivas, fueron alteraciones nocivas que violaban la legislación y los intereses políticos y económicos de Nueva España.
Después de la guerra que España libró con Inglaterra, Carlos III dicto varias acciones para que la Nueva España mandara más fondos para la península. El rey nombró al visitador José de Gálvez, quien revisaría los tribunales de justicia, la Real Hacienda, que interviniera en finanzas de ciudades, villas y pueblos de los indios.
Se estableció un ejército permanente y un gran número de administradores traídos desde la península. Se formó un censo de todas las personas que pudieran pertenecer al ejército. Aumentaron los tributos a los in- dios y a los mulatos Se monopolizó el tabaco e impuesto o alcabalas por usar herramientas en las minas. Esto desencadenó el en las minas del norte de la ciudad de San Luis Potosi, la ciudad de Guanajuato, Uruapan, Apatzin- gan, Valladolid y Pátzcuaro, en el obispado de Michoacán. Los levanta- populares se llevaron a cabo en varios cientos de kilómetros a lo largo de la Nueva España.
El visitador también desterró a los principales intelectuales y funcionarios criollos, a los que se responsabilizaba de ser los autores intelectuales de la revuelta. Disminuyeron el poder de la Audiencia, los ayuntamientos y los cabildos eclesiásticos, nombrando entre sus integrantes casi exclusivamente a españoles peninsulares,
De igual manera, se realizó una ley para que solo se nombrara a es- pañoles peninsulares y no a criollos, para los más altos puestos civiles y eclesiásticos. Esto levantó los primeros intentos de conciencia nacionalista por parte de los criollos. Los criollos rechazaron estas ideas, diciendo que ellos eran más aptos que los españoles para ocupar los más y mejores puestos. En resumen, con el paso del tiempo, se suprimió el acceso a los criollos en cada uno de los puestos en las distintas instituciones políticas, educativas, religiosas, etcétera.
Una de las acciones represivas de parte del rey y sus seguidores fue ordenar que se suprimieran todas las lenguas indígenas de la Nueva España, porque eran la causa de que estos no aprendieran el español y promovían la violencia y rebelión en contra de los españoles, y se sustituyeran inmediatamente por el español.
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