LA ETAPA LÍTICA Y SUS PERIODOS (33000-5000 A. C.)
Los primeros cazadores- recolectores vivieron durante 28, 000 años trabajando con rudimentarias herramientas de piedra con las que cazaban animales y recolectaban frutos y raíces en un ambiente en el que retrocedía la era glacial y los hielos se derretían hasta obtener el clima que ahora tenemos.
A este periodo se le conoce como etapa Lítica, en la que los seres humanos trabajaron la piedra, convirtiéndose en el único testigo del trabajo humano a través de los años.
Arqueolítico (33, 000-12, 000 a.C.)
El arqueólogo mexicano José Luis Lorenzo fue quien llamó Lítica a este largo periodo histórico y lo subdividió en Arqueolítico (33000-12000 a. C) y Ceno lítico (12000-5000 a. C) (otros especialistas subdividen este periodo en Temprano y Tardío).
Los habitantes del Arqueolítico vivían en cuevas, junto a las rocas o en habitaciones de materiales naturales perecederos (palma, madera, etcétera), lo que significaba que no tenían muchas posesiones. La densidad demográfica (concentración de la población) era muy baja y la gente Vivía muy dispersa. Los científicos sociales suponen que estaban unidos por lazos de parentesco, reconocían que les unía también un antepasado común, se reunían en bandas pequeñas que se hacían grandes cuando querían intercambiar o conseguir parejas. En estas reuniones estacionales intercambiaban mujeres, pues las bandas, por su escaso número, no podían asegurar el equilibrio entre ambos sexos para formar las uniones. Eran sociedades igualitarias, pero reconocían que había jerarquías (diferencias) basadas en el sexo y la edad. La división del trabajo era muy estricta, los hombres se dedicaban a la caza y las mujeres a la recolección. Aprovechaban las temporadas de cada territorio, por lo que iban y regresaban para beneficiarse de los recursos de cada estación del año. Debido a que utilizaban todos los recursos naturales, tenían una alimentación abundante y variada: frutos, hojas, raices, insectos y mariscos, sin tardar mucho tiempo en conseguirla, incluso comían mejor que las poblaciones tiempo después sedentarias. Los arqueólogos encontraron una evidencia de la vida durante el Arqueolítico en Tlapacoya, en la orilla o playa norte del antiguo lago de Chalco, hoy estado de México.
Cenolítico (12000-5000 a. C.)
El paso de la era del Pleistoceno (primera era geológica del periodo Cuaternario) al Holoceno (última y actual época del periodo Cuaternario) evidencia la separación entre las dos fases del Cenolitico. El clima, la flora y la fauna cambiaron, repercutiendo en las formas de vida de los cazadores- recolectores. Al terminar el Pleistoceno, la aridez se expandió por extensos territorios, desapareciendo bosques, pastizales y fauna mayor. Durante el Cenolítico Superior se asentaron permanentemente en las costas del mar poblaciones que se dedicaron a consumir mariscos y a la recolección, que no dependían tanto de la cacería, constituyéndose los granos como dieta principal. En el año 5950 a. C. se tienen indicios de que en Tehuacán domesticaron la calabaza, mientras que en otras regiones hubo almacenamiento selectivo de aguacate, amaranto y maiz silvestre.
Las poblaciones humanas del Cenolítico Superior elaboraron instrumentos más finos, elaborados y diversos que los de la fase anterior, como ejemplo tenemos bordes de puntas de proyectil, que fueron trabajados poniéndoles punzones que les permitió obtener bordes más filosos. En ese tiempo aparecieron las hachas y las piedras de molienda, con la técnica del pulido (desgaste de la piedra con agua y abrasivos finos), seguramente fueron utilizadas para moler semillas, y ser usadas cuando no Ilovía y así poder disponer de alimentos.
En esa época surgieron tres tradiciones culturales. La primera es la Tradición de tierras altas, que abarcó casi la totalidad de lo que ahora es México, sustentada en la recolección de semillas y en considerar a la cacería como complementaria. Los hombres de estas sociedades se reunían cada año en pequeñas bandas durante la época de las lluvias. No siempre eran nómadas, en ocasiones también semi sedentarios en los márgenes de los lagos, dependiendo de las estaciones del año. En la República Mexicana se han encontrado diversos artefactos de piedra del Cenolítico Tardío, en El Riego y Tehuacán, Puebla, así como en Cueva Blanca y Guilá Naquitz, Oaxaca.
La segunda es la Tradición de la Selva Tropical era practicada por hombres que vivían en comunidades pequeñas e igualitarias de tierras bajas y boscosas, que compartían casi igual número y tipo de avances tecnológicos como sus contemporáneos de tierras altas, sin embargo, ellos consideraban más importantes las hachas y azuelas con que cortaban madera, así como yunques y piedras para moler que les ayudaban a triturar frutos de cáscara dura. No practicaron la migración de manera continua, pues los recursos selváticos son casi permanentes a lo largo del año. Su forma de vida primordial era la recolección y en menor importancia la cacería, como el caso de los grupos que habitaban en el hoy centro de Veracruz
Y en la tercera se encontraban los hombres de la Tradición Costera, con instrumentos de trabajo muy parecidos a los selváticos. Su hábitat temporal eran los manglares, su dieta principal se componía de moluscos y crustáceos, complementándola con vegetales de recolección o de la caza y pesca. Los lugares donde se asentaban se conocen como "con- cheros", pues acostumbraban apilar conchas y caparazones que consumían durante su alimentación. Algunos "concheros" eran semi sedentarios, pues, aunque no eran agricultores tenían suficientes alimentos silvestres. Lo anterior da a pie a preguntarse ¿Quiénes participaban de esta tradición? Los complejos costeros de Tamaulipas y el sitio de Santa Lucia, Valle de Tecolutla, ocupado de manera permanente durante 8,000 años desde el año 7000 a. C.
El Protoneolítico (5000 a. C-2500 a. C.)
A esta prolongada transición se le llama Protoneolítico. Sus límites no son muy exactos. Los arqueólogos dicen que comenzó aproximada- mente en el 5000 a. C. y concluyó en el 2500 a. C, época que se considera como el nacimiento de un nuevo territorio cultural llamado Mesoamérica. Comenzó cuando las sociedades cazadoras- recolectoras pasaron del simple cultivo a la agricultura, a la intervención deliberada del hombre en el ciclo de la planta para domesticarla y producir alimentos; a su modificación genética para beneficiar al hombre y hacerlo dependiente de los vegetales. El Protoneolítico fue entonces la transición hacia la vida sedentaria y la creación de comunidades permanentes que fueron aumentando paulatinamente su población.
Esta fue una verdadera revolución, pues al transformar biológicamente a la planta, produjo más y mejores frutos y granos, no se dispersaron al madurar, se adaptaron a múltiples suelos y climas; las partes de las plantas antes inaprovechables fueron muy útiles; se almacenaron y seleccionaron para repetir el ciclo varias veces. Sin embargo, el consumo cotidiano de alimentos siguió basándose en los productos obtenidos mediante la recolección y la caza, por lo que no puede hablarse aún de agricultura.
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